Enseñanza en Derechos Humanos en la
Escuela Primaria
La
enseñanza en derechos humanos es una práctica que hacia la construcción de un
proyecto educativo, implica la construcción política - socio cultural de una
sociedad desde sus distintas experiencias, por tanto, podemos señalar que este
enfoque educativo, acordado internacionalmente y compromiso de los Estados. En
todo caso, es una práctica de mediación entre el reconocimiento filosófico
legal con la vigencia de los mismos en la vida social. Es propicio, la opinión
de Rodino (2012) que indica:
Es una formación sustentada en la dignidad de las personas
y los derechos que de ella se derivan. Esta formación es integral, cognitiva,
afectiva, para la acción, orientada a que las personas se reconozcan, se
conduzcan como verdaderos sujetos de derechos. O sea, la Educación en Derechos
Humanos, capacita para el ejercicio activo de la ciudadanía, convivencia
democrática y una cultura de inclusión y paz (p.43).
En
este mismo sentido, UNESCO (2006), la define como un “conjunto de actividades
de educación, capacitación y difusión de información orientadas a crear una
cultura universal de los derechos humanos” (p.5). En otras palabras, apunta
hacia un proceso de integración ciudadana, siendo indispensable impulsar las
relaciones estables, buen trato y equilibrarlas entre las comunidades, así como
consolidar la comprensión mutua, tolerancia, paz.
Desde
esta concepción, planteamos que los derechos humanos deben ser una práctica
real, asumiendo su ejercicio en la escuela y cotidianidad, por ende, la
educación primaria, esta idea tiene su apoyo en las Directrices para una
Política de Educación y Cultura en Derechos Humanos del MERCOSUR (2016), con
respecto a la Educación Básica, conceptualizándola así:
La escuela, como espacio privilegiado para la
construcción y consolidación de la cultura de derechos humanos, debe garantizar
que los objetivos y prácticas que se adopten sean coherentes con los valores y
principios de la educación en derechos humanos; donde la educación debido a su
carácter colectivo, democrático, participativo, debe darse en espacios marcados
por el entendimiento mutuo, el respeto y la responsabilidad. (p.18)
En
esta medida, se propone profundizar la enseñanza en derechos humanos dentro del
currículo del nivel primaria, mediante una pedagogía participativa que incluya
conocimientos, análisis críticos y habilidades para su promoción, incluyendo en
el currículo de formación docente como escolar temáticas relativas a identidad
de género, raza - etnia, religión, orientación sexual, personas con
discapacidad, formas de discriminación y violaciones de derechos en el ámbito
escolar, resolución pacífica de conflictos, entre otras. Entonces, una
enseñanza en Derechos Humanos en la Escuela Primaria, sirve para prevenir
abusos, combatir la discriminación, promover igualdad, fomentar la
participación de todos los actores sociales en procesos de toma de decisiones
Avanzando
con este razonamiento, este enfoque educativo está destinado a desarrollar
habilidades y actitudes necesarias para promover igualdad, dignidad, respeto.
Deseamos acentuar, que se debe impartir en las comunidades, escuelas,
universidades y entornos profesionales con miras a sensibilizarlos, ampliar
conocimientos, potenciar actitudes necesarias para aplicar, al mismo tiempo, promover
los derechos humanos en su cotidianidad. Aporto además, en el caso particular
de Venezuela donde evidentemente el Estado ha jugado un rol fundamental en
implementación de políticas educativas desde su postura e ideología, respecto a
la visualización de derechos humanos dentro del sistema educativo, se hace
necesario, profundizar mediante incorporación paulatina en planes de estudio y
programas académicos desde la educación inicial hasta la educación superior.
Comprendiendo,
que la educación venezolana se encuentra contextualizada dentro de una sociedad
sacudida afectando notablemente el equilibrio entre relaciones interpersonales
en los ámbitos naturales: familia, escuela, comunidad, centros de trabajos,
iglesias, por nombrar algunos, disminuyendo oportunidades para optimizar el
proceso enseñanza aprendizaje, donde se manifiestan discrepancia, intereses
contrapuestos, ideas polarizadas en el diario convivir. El ejemplo positivo
sería, asumir el conflicto de forma efectiva para fortalecer la educación desde
el enfoque de derechos humanos, resolución pacífica de conflictos, cultura de
paz, buen trato, mediante normas, estrategias innovadoras o técnicas que
permitan la convivencia escolar y social aspirada por todos.
MSc. María Teresa Piñero Suarez.
C.I. 10.895.239
Activista de Derechos Humanos.
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