La forma de
convivir en la cotidianidad dentro de las instituciones educativas, representa
en gran medida, el reflejo de la sociedad donde está inmersa, modos de vida,
lenguaje, entre otras cualidades o características más. En esta línea, el
estado venezolano ha asumido la Educación como un Derecho Humano fundamental,
en consecuencia, las Instituciones Educativas están comprometidas con el papel
de orientar al educando, mediante la participación y la convivencia ciudadana, sustentado
en el principio de corresponsabilidad entre la triada Estado, Familia y
Comunidad.
En este mismo
orden, se evidencia que la escuela junto a sus actores sociales, involucraron
sus contradicciones como conflictos, entonces, estos espacios destinados para
la protección, la formación y desarrollo ya no son tan seguros. Ante esta
realidad, se debe aprender a Convivir, respetando los Derechos Humanos mediante
formas de solventar problemas, al mismo tiempo, construir y asumir normas,
reglas o pautas, es decir, buscar un punto de encuentro.
Desde este contexto, en la muchos centros educativos se aprecian que los estudiantes desconocen los Derechos Humanos, al
igual, que su importancia y aplicación, porque no se emplean en su ámbito
familiar, escolar, ni comunitario, motivado a los distintos patrones o estilos
de crianzas, agregando, que la divulgación de estos derechos dentro del ámbito
educativo es muy limitada.
Por otra parte, los Docentes ameritan
conocer estrategias para resolver
conflictos dentro de las instituciones educativas, en vista que no existen
programas o planes de capacitación sobre los medios alternos de resolución de
conflictos (MARC) dirigidos a los docentes, inclusive algunos están resistentes
al cambio de paradigmas, enfocándose en la enseñanza tradicional para
desarrollar su praxis pedagógica, produciendo, una disparidad entre la teoría y
la realidad.
Como resultado de esta problemática, la
sana convivencia escolar, familiar y comunitaria se ve afectada, porque las y
los estudiantes se tornan personas con comportamientos conflictivos,
dificultándose la interrelación entre pares. En efecto, los Docentes se agotan
y pierden el control de la disciplina dentro del aula, lo cual pueden corren el
riesgo de crear un ambiente no armonioso, pudiendo originarse situaciones de
maltrato.
En suma de cuentas, de aquí surge mi propuesta de ofrece una oportunidad a los docentes para desarrollar el conocimiento
de derechos humanos mediante herramientas pedagógicas de resolución de
conflictos, fortaleciendo la cultura del buen trato y de paz.
Profa. Esp. Maria Teresa Piñero
Maestrante en Innovación Educativa. UPEL - IMPM