lunes, 8 de marzo de 2021

Femicidio: Una pandemia silenciosa más allá de la violencia de género.

 

La violencia hacia la mujer ha sido una anomalía social arraigada en todos sus estratos y ha generado múltiples discrepancias dentro de la estructura familiar, por ende, hacia la propia mujer, donde culturalmente era relegada, inclusive maltratada física, psíquica, moralmente y sexualmente. Bajo estas ideas, la violencia se ha presentado en variadas facetas que pueden ser minúsculas o de mayor transcendencia, afectando esta última nuestros derechos fundamentales, con hechos de gran resonancia que atentan contra las mujeres, donde podemos encontrar las figuras del femicidio o feminicidio, las mismas efectivamente, tocan la esfera jurídica más elemental para toda persona como es el Derecho a la vida.

En torno a esto, Venezuela en consonancia con la Convención de Belén Do Pará (1994), disponen actualmente de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2014), donde desarrollan el tipo penal ya aludido. De esta manera, se inicia la visibilización al fenómeno cultural de asesinato de las mujeres, por el hecho de ser mujeres, cometido por hombres (subrayado propio y negrillas añadidas); el mismo, que contradictoriamente se encuentra normalizado por algunas culturas, estilos de crianza, concepciones de vida, aunado a un discurso predominantemente patriarcal, androcéntrico y misógino dentro de los contextos cotidianos.

De aquí se desprende, si bien es cierto hemos avanzado en normativas jurídicas con relación a los Derechos de la Mujer, aún se evidencia muchísimas situaciones de desventajas y discriminación hacia la mujer, o sea, la tarea es larga, porque estamos combatiendo una cultura machista arraigada desde hace épocas atrás. Indiscutiblemente, los hechos de violencia contra la mujer siguen siendo constantes, y en acelerado aumento, por lo cual representa un tema de derechos humanos (DDHH), ocupando la atención de organizaciones internacionales como nacionales, porque representa un grave problema de salud pública a nivel mundial.

En concordancia con lo planteado, en el estado Portuguesa, hemos sido testigos del inhumano hecho de tres femicidios en sólo un lapso de 72 horas: Eliannys Martínez de 17 años y Eduarlis Falcón de 20 años, oriundas del municipio Turén, ambas presentaron signos de violencia sexual, y Carmine Sosa (33 años), quien la asesinó su expareja, en el municipio Araure; formando parte a la lista con más de 30 mujeres asesinadas durante el año 2021.

Indispensable recordar, las 228 mujeres víctimas del año 2020, incluyendo dos portugueseñas victimarias: Cecilia Yuliana Pérez Pérez (30 años) y Maikeliz Morales Pérez, esta última fue reportada como desaparecida desde el mes de septiembre de 2020, encontrando sus restos este 2 de marzo hogaño, en un caserío del municipio Ospino; ambas víctima de femicidio por parte de sus ex parejas. La región entera está conmovida, hoy estamos de luto, sin nada que celebrar este 8 de marzo, al contrario, exigir ante el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna con preeminencia los Derechos Humanos. 

Cabe resaltar, por una parte, podemos determinar que la pandemia del Covid 19 impacta de forma diferenciada a mujeres y hombres, incrementándose la Violencia hacia la Mujer, sumándoles la Cultura Patriarcal con prácticas Machista que exacerban estos índices. Le agregamos, una parte de la población con desconocimiento de sus DDHH, fundamentalmente, los 21 tipos de violencia establecidos taxativamente en la ley especialísima que rige la materia. Durante el ejercicio de mi rol formativo, en ciclos ejecutados durante el segundo trimestre del año 2020, conocí por parte de informantes claves como las propias víctimas, un aumento acelerado de violencia contra las mujeres en el estado, agudizado por el confinamiento.  

Al igual, que casos comprobados donde los órganos receptores de denuncia, prestan escasa atención como aplicación de medidas de protección, porque no poseen vehículo para trasladarse a constatar situación de emergencia o ejecutar alguna medida, material de papelería para procesar las denuncias, destacando, no tenemos conocimiento veraz si existe en el estado casa abrigo para víctimas de violencia. Considerando además, falta de concientización y humanización de los operadores de justicia como diseño de Políticas Públicas con perspectivas de género, realmente efectivas, inmediatas, con celeridad.

Este fenómeno va más allá de una norma legal, en la praxis afectan una serie de factores multidimensionales que impiden su cabal cumplimiento como garantía, donde convergen aspectos políticos, religión, valores, tradiciones, costumbres, estilos de crianzas, entre otros más, ameritando una reflexión social y educativa de forma urgente, en todos los ámbitos de convivencia e interacción: familiar, comunitario, laboral, en fin, dentro de la sociedad general.

En torno a esto, los estilos de comunicación adoptados por muchos hombres basados en gritos, insultos, vejaciones incluso cachetadas a sus parejas, forman parte de esa herencia patriarcal, violencia que a temprana edad empieza asumirse como normal, muchas veces pasa desapercibida asumiendo como trato natural hasta que termina en una inevitable tragedia: Femicidio.  

Significa, prácticas de un “continium” de violencia, que incluye una vasta variedad de abusos verbales y físicos: violación, tortura, esclavitud sexual, acoso sexual, mutilación genital, operaciones ginecológicas innecesarias, entre otras acciones más. Es indispensable, ir más allá, no solo comprende el homicidio de una mujer como resultado material, sino reconocer existen una serie de actos u acciones que progresivamente conciertan violencia hacia la mujer.

 

MSc. María Teresa Piñero Suarez

Centro de Educación Integral Asociación Civil Gurrufio

Activista de DDHH, Constructora de Paz y Mujer de Paz 2020

CI. 10895239 /Telf. 0414 – 9521644

lunes, 1 de marzo de 2021

Pronunciamiento por el derecho humano a la Vida e Integridad Personal

Pronunciamiento por el Derecho a la Vida

 

Ante los hechos de violencia hacia tres mujeres Portugueseña en las últimas 72 horas, desde la Fundación Civitas y la Asociación Civil Gurrufio, apoyados con la Red Unidad Portuguesa, expresamos nuestro profundo pesar y repudio. Asimismo, exhortamos al gobierno regional y local, a los órganos de seguridad competentes para tomar  medidas urgentes  que garanticen el derecho humano a la vida e integridad personal de las mujeres en nuestra región, a través de la aplicación efectiva de las normas jurídicas, pronunciándose sobre este delito penal, tipificado como femicidio en la primera reforma de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una vida libre de Violencia (2014), la cual otorga una garantía de protección por parte del Estado venezolano.

Es indispensable caracterizar a las víctimas, a los agresores, el vínculo relacional, motivación, modus operandi y contexto del femicidio para cumplir un monitoreo efectivo, que posteriormente será determinantes en la gama de medidas de protección a aplicar, inclusive, debe indagarse la relación mes/ estado, signos de violencia, causas de la muerte, presencia de armas, factores de riesgos, denuncia previa, testigos presenciales, entre otros elementos. De esta manera, informar a la población objetivamente.

Esto implica proporcionar a los órganos receptores de denuncia, las condiciones necesarias para prestar la atención debida a las víctimas, ejecutar medidas al momento de procesar una denuncia, destacando, que no existen en el estado casa abrigo a víctimas de violencia. Dicha realidad, afecta a gran número de mujeres, que no tiene acceso a redes sociales o transporte ni efectivo para trasladarse a denunciar (población rural, barriadas). Por otro lado, el llamado a los padres y familias para activar elementos protectores desde los hogares con nuestros hijos.     

Aunado a ello, se aprecia a lo largo de la geografía Portugueseña terrenos baldíos, poca iluminación y escasos recorridos policiales, factores que aumentan la inseguridad personal, de toda la colectividad, muy especialmente de esta población vulnerable de niñas, adolescentes y mujeres. Es urgente, campañas educativas sobre la prevención a la violencia de género, humanización del personal que labora en las instituciones con competencia en la materia, propiciar espacios seguros, dejar de revictimizar a estas ciudadanas afectadas de violencia, abuso sexual o violaciones. Dejar de etiquetar, que por alguna condición es responsable de las agresiones, siendo el femicidio un riesgo permanecen en las mujeres, además, del último eslabón en los 21 tipos de violencia femenina.

Lamentablemente, estas víctimas de 17, 20 y 33 años no tuvieron tiempo para denunciar, por tanto, hoy levantamos la voz por ellas, para exigir justicia y celeridad ante estos delitos. Haciendo extensivo el llamado al Gobierno Nacional, tres mujeres portugueseñas se unen a la lista a las 38 mujeres víctimas femicidio desde el 1 de enero 2021, y las 228 mujeres víctimas de femicidios durante el 2020. Sin olvidar a las mujeres migrantes víctimas de femicidio durante los últimos tres años producto de la migración forzada con motivo de la crisis humanitaria compleja.

Ni una más, necesitamos a todas. #NiUnaMenos#BastadeViolencia#Sororidad

 

 

MSc. María Teresa Piñero Suárez

Activista de DDHH/ Feminista

Constructora de Paz y Mujer de Paz 2020