miércoles, 23 de septiembre de 2015

Prevención a la Violencia: Tarea de Todos

Actualmente la violencia y conflictos, han ido en aumento considerablemente, siendo los primeros afectados  los niños, niñas y adolescentes; no solo por los actos violentos en sí, sino por las consecuencias que estas situaciones generan en su desarrollo biopsicosocial. Dentro de este contexto, los grandes avances en materia legislativa a nivel mundial, trajo como consecuencia que en Venezuela, se produjeran cambios significativos en materia jurídica, por cuanto, nuestro país integra los ciento ochenta (180) países que se hicieron parte de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (C.D.N.) en el año 1989, comprometiéndose a respetar los Derechos de la Infancia, lo que trajo como consecuencia que en el año 1998 se Promulgar la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (L.O.P.N.N.A.)que entro en vigencia en el año 2000.
Por esta razón, se reconocen que los ciudadanos antes señalados, son sujetos plenos de derechos y deberes de forma progresiva a su desarrollo evolutivo. Sin embargo, a pesar de los avances en materia legislativa, en nuestro país, continúan presentándose múltiples casos que atentan contra la integridad física, psicológica y moral de la infancia y adolescencia, violaciones constantes de sus derechos a la identidad, la vida, a ser protegidos contra el abuso sexual, la educación y a ser criados en una familia, entre muchos otros.
Asimismo, hay un aumento acelerado de la violencia, como forma de resolver los conflictos, el cual se ve reflejado en las instituciones educativas, llámese escuelas, liceos, colegios, además de la familia y la comunidad. Es decir, se encuentra presente la violencia por encima de la cultura de la paz, lo más grave de esto es que se establecen patrones de conductas, generalizándose como una situación normal, a la cual, debemos acostumbrarnos. Cabe agregar que, la familia y la escuela son las instituciones más importantes de la sociedad, la primera porque permite la formación de valores humanos, convirtiéndose en el lugar apropiado para el desarrollo, así como el  crecimiento de los niños, niñas, adolescentes y la segunda por cuanto, refuerza estos valores, una y la otra forman parte en el desarrollo integral del individuo.
Evidentemente, el deterioro del clima de convivencia tiene muchas causas, se debe señalar también, no hay una solución única. Es fundamental, formar a los diferentes actores, para que de forma organizada, planificada y sistematizada colaboren en la búsqueda de soluciones, por cuanto, difícilmente se pueden enfrentan los problemas descritos, si no se cuenta con las suficientes herramientas pedagógicas, andragógicas y metodológicas.
En atención a lo antes planteado, para disminuir los índices de violencia y trasgresión de los derechos de niños, niñas y adolescentes es necesario, trazar planes, ejecutar  políticas públicas, crear programas de formación  permanente, implementar diferentes actividades, como: talleres, charlas o campañas para que los niños, niñas y adolescentes, sus familias y la comunidad; dar a conocer la existencia de organismos tales como: Tribunales de Protección, Fiscalías del Ministerio Publico, Consejos de Protección y Defensorías; quienes están abiertos a recibir sus problemas y planteamientos, de manera gratuita, y sin tener que ser acompañados de ningún adulto.
Lo que trae como consecuencia, es necesario establecer espacios para el diálogo, donde los docentes, padres y madres  aprendan a manejar circunstancias difíciles; lugares para la discusión, la convivencia con respeto, donde se reconozcan y aborden efectivamente las emociones, aptitudes, aprendizajes, así como las conductas de los niños y niñas, fortaleciendo valores, como el respeto mutuo, la paz, la solidaridad y la comprensión. De la misma forma, es fundamental el respeto de los derechos de infancia y  adolescentes como sujetos en desarrollo, ciudadanos del presente y del futuro, para que ejerzan su ciudadanía activa.
Esto implica que los diferentes actores, llámese docentes, o estudiantes de educación, abogados, padres, madres, representantes, consejos comunal, entre otros, tiene una función fundamental a la hora de cambiar esos esquemas, pues no basta la intención, es necesario estar bien formado,  para ejercer un liderazgo, consientes, de que niños, niños y adolescentes son ciudadanos en desarrollo, sujetos plenos de derechos y deberes, para construir con ellos, más y mejor Democracia, espacios donde impere la tolerancia, la equidad, el respeto, como forma de enfrentan problemas y situaciones particulares que surgen dentro de la dinámica diaria.

Se propone entonces, desarrollar una educación basada en Derechos Humanos cuyo objeto principal es involucrar de forma directa a docentes, abogados y diferentes profesionales, de manera indirecta a los padres, madres, representantes, consejos comunal, entre otros, para abordar positivamente situaciones de violencia o inadecuadas, incluyendo activamente la escuela y el hogar en una serie de actividades, de ahí, la importancia del diplomado. Finalmente, se deben crear alianzas entre las instituciones públicas y privadas, mejorar la operatividad de los organismos encargados de la protección de los niños, niñas y adolescentes, dotándolos de insumos, herramientas para que su trabajo sea más efectivo.

                                                                                                   Profesora Maria Teresa Piñero 
                                                        Especialista en Educación para la Gestión Comunitaria